Blackboard vs Moodle, LCMS abiertos vs LCMS de código cerrado

Una de las preguntas que me han hecho en más de una ocasión es la de la elección del LCMS o sistema de gestión de contenido para eLearning. En universidades de todo tipo se están utilizando muchas plataformas de eLearning que no suelen ser, como es lógico, la panecea de la implementación de políticas de enseñanza-aprendizaje a distancia. Todos los sistemas tienen algún fallo o cadencia que más de un usuario siempre menciona. Uno de los más importantes es el de la usabilidad y el del tipo de licencia que lleva y por lo tanto el gasto que conlleva a corto, medio y largo plazo. A ello, se suelen añadir algunas de las razones que nos da BBlanube para explicar el fracaso de la implementación de las TIC en las instituciones y por lo tanto en clase.

 Blackboard ha sido noticia estos días por admitir ahora el licenciamiento de cursos con licencias abiertas y libres Creative Commons, sin que ello genere un gasto a la hora del cobro auditado por la propia Blackboard a los usuarios de su plataforma. Las peticiones que habían recibido los responsables de Blackboard por parte de las autoridades docentes de las instituciones que usan este software de Código Cerrado habían creado tanto malestar que tras la compra de Blackboard por Providence, finalmente han tendio que acceder a ello y cambiar el rumbo de la política de empresa. En la época de la victoria del Open Source, Blackboard cambia y ahora habla de la época en la que compartir es también clave. Es un cambio importante si tenemos en cuenta que ahora Blackboard ve también la necesidad de tener en cuenta los materiales abiertos que se generan e imparten en todo el mundo. En una sociedad que genera tanto contenido cada minuto, y con más de 3000 cursos abiertos en el OpenCourseWare, con tantos miles de profesores usando material abierto y creando ese material en una web de lectura-escritura (en repositorios como YouTube, Flickr, SlideShare, Dropbox Public...), parece lógico pensar que las empresas como Blackboard que han generado mucho negocio y riqueza tienen que empezar a abrirse a los nuevos modos de aprendizaje que traen a una: la tecnología y el cambio de hábitos en una enseñanza conectivista que cada vez disipa más la frontera entre la enseñanza formal y la no-formal. Son tiempos de cambio y como pasó con la Wikipedia y otros grandes proyectos, los actores que mejor se adapten a esta situación serán los que ganen y por ende, no sean sacados del campo de juego.

Blackboard tiene muchos LCMS de Código Abierto que le están quitando mercado: Moodle, Atutor, Docebo, Claroline, Sakai, .LRN, eFront...   Aún así, la mitad de los colleges de EEUU utilizan Blackboard aún. Pero la crisis económica va para rato (5 años estiman los expertos). Muchas empresas de software que estaban en el campo del elearning de Código Cerrado han ido adoptando el modelo Open Source por las siguientes razones, marcadas por la tendencia en el mercado:

  1. Menos coste en total
  2. Falta de un tipo u otro de funcionalidad
  3. La no flexibilidad (como le ha ocurrido a Blackboard con la necesidad ahora de insertar un botón para que los usuarios profesores puedan también dejar materiales en abierto con licencias CC)
  4. El éxito de una Web 2.0 de API abiertas que promociona la interoperabilidad de servicios (basta con recordar lo que ha supuesto Open Social y otras tecnologías abiertas que hacen que los servicios hablen entre ellos).

En lo que atañe al menor coste, es verdad que puede ser falso si la empresa o asociación que da soporte cobra más que una política blanda de licenciamiento de la plataforma; pero es por otro lado una forma de apoyar a las empresas locales de servicios. Los departamentos de informática de muchas universidades tienen que ofrecer un servicio a apoyo que a ellos no les gusta y piensan que no lo tienen que hacer otros externamente, por lo que el outsourcing o exteriorización de los servicios de plataformas de eLearning suelen ser desviados a empresas con herramientas de Código Cerrado.

Muchas universidades de mi entorno o de otras latitudes han apostado por Moodle: Open University de Gran Bretaña, Universidad del País Vasco, Universidad a Distancia de Madrid.. En la Universidad del País Vasco tenemos dos LCMS, o mejor dicho, un LCMS para estudiantes que es el de Moodle y otro para albergar los cursos de OCW y que está en una de mis herramientas del alma: Plone (Zope; EduCommons). Yo siempre he tenido predilección por Plone, porque es realmente usable y potente; pero por ello mismo, necesita una arquitectura de servidores bien implementada y mucho más cara que con plataformas que van con LAMP como Moodle o Claroline.

La tendencia que tenemos ahora a los nuevos modelos universitarios nos obliga a la incorporación poco a poco de sistemas de Redes Sociales para hacer más robustos y colaborativos los LCMS de toda la vida. Grandes proyectos como Elgg, Nuvvo, Schoology, Edvance 360, Open Elms, QuickLessons o MZinga OmniSocial están poniendo nuevas funcionalidades de aprendizaje colaborativo teniendo en cuenta las redes sociales y su potencial. Pero muchas veces no nos damos cuenta que el sistema debe pivotar sobre el trabajo del alumno o alumnos para que realmente sea atractivo a la persona a la que servimos, a nuestro gran cliente, a nuestro gran educando: al estudiante. De nada nos sirven las herramientas con cientos de funcionalidades para el profesor cuando el alumno no se encuentra contento con la herramienta, cuando ve que en abierto se pueden usar servicios que él utiliza todos los días, como Twitter o Blogger. Todavía no hemos llegado a la excelencia en un sistema que valga para implementar el LifeLong Learning, un sistema que tenga en cuenta el porfolio del estudiante, que le de opciones para albergar con facilidad ficheros digitales con trabajos, que le de opción de compartir ideas y trabajos en red social, que le permita tener herramientas audiovisuales de comunicación (y no únicamente herramientas de sincronía, ya que la nuestra es una época de asincronía), que haga un tracking de toda la actividad del estudiante, que permita la calificación colaborativa y democrática, que permita incrustar al estudiante en metaversos para colaborar en tareas... Parece mucho lo que pido para tenerlo todo en una única herramienta, y sin embargo, todo ello ya lo tenemos como SaaS en la nube.

Es verdaderamente difícil escoger una herramienta de eLearning a día de hoy, porque hay muchas herramientas muy buenas (pero no excelentes) y porque pensamos más en el profesor que en el aprendizaje Social Networking con el estudiante en el centro del proceso. También tengo que aclarar la diferencia entre LMS y LCMS. En el primer sistema debe haber un tracking de registros del estudiante y su labor lectiva, mientras que en los LCMS entra también en juego, además de lo mencionado, el gestor de contenidos. Por ello, debemos hablar más de LCMS que de simples LMS, aunque aún a día de hoy se suelen mezclar los dos conceptos.

Yo estoy ahora realizando un plan de implementación multiherramienta para el LifeLong Learning o por lo menos un eLearning-uLearning (a distancia y ubicuo-móvil) más centrado en el estudiante y en el trabajo colaborativo dentro de los ámbitos de enseñanza-aprendizaje en la universidad y en la Formación a empresas. He probado muchas herramientas como Moodle, Claroline, Plone, Docebo, aTutor... y servicios Web 2.0 apropiados para la enseñanza: wikis, blogs, híbridos... De la experiencia de usuario intentaré sacar el prototipo de herramientas a utilizar en entornos de aprendizaje (más que en entornos de enseñanza, por supuesto). Aún nos faltan unos meses para terminar con el esquema de implantación que queremos hacer en prototipo dentro de la Formación o la Educación Superior. El Cloud Computing Service con Ubuntu Linux y una herramienta de porfolio serán algunas de nuestras claves. Queremos que sea realmente centrado en el estudiante y que tenga un soporte colaborativo importante. No sé lo que lograremos, pero estamos ilusionados en ello y el proyecto se basará totalmente en herramientas Open Source.

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